martes, 3 de noviembre de 2015

Bendita Buenos Aires Parte II: "Pasiones Argentinas"

El Argentino es muy viseral. Todo es exagerado y desde las entrañas. Se quiere con la misma pasión con la que se odia... No, no es comparable absolutamente a nada que se les pueda ocurrir. Solo puede comprenderlo quien lo haya vivido. O padecido...
La pasión de las pasiones es definitivamente el fútbol. No en vano existe la Iglesia Maradoniana y tampoco en vano la caripela de Messi esta a la altura del Papa Francisco o de la mismísima Mafalda en cualquier tienda de souvenir que se precie.
Debo de confesar que jamás en 46 años había ido a un estadio de fútbol a ver un partido. Ni de primera ni de segunda ni regional. Nada. Pero esta vez era la "vez" y allá fuimos...
La previa se vive desde el asfalto. Todos vamos como por un embudo a alentar a nuestro Rojo del alma. Yo empiezo a notar algo extraño... No veo a nadie del equipo contrario por ningún lado... Mi hermano es quien me desburra: "Nena, hace años que no se recibe a la hinchada visitante, por cuestiones de seguridad". Flipé. Claro. Flipé...
No les puedo contar la cara de Noa al escuchar lo que salía por la boca de sus primos y de su tío querido durante el partido... en dos minutos escuchó más tacos que en toda su vida... tacos (no los de comer), hamburguesas (de las de comer), y la gloria del 1-0 marcó nuestro debut en un estadio de fútbol que jamás olvidaremos. Para mi, fue algo muy especial. Mi padre fue el Hincha de Independiente por excelencia en mi familia y llevar a Noa a la cancha fue, de cierta forma, hacerla vivir esa "pasión" que también era vivida (y sufrida) por su abuelo y que al día de hoy vive con fuerza en mis sobrinos y hermano



Pero si hablamos de pasión y de espectáculo, hablamos de Boca (por cierto, felicitaciones a todos los bosteros por haber salido campeones de liga). No vamos a tener las vidas suficientes para agradecer a Maxi la invitación que le hizo a Salva de ir a ver un partido. Uf, les prometo que cuando volvió del estadio llegó en absoluto estado de shock, comparable creo yo a ser fan de los Rollings y conseguir entradas para ir a verlos por primera vez... Eso y sumado a que caminaron casi un km a oscuras desde el Estadio hasta donde Maxi había aparcado el coche (eso es tener cojones y el resto tontería...) más el frío gelido de una tarde noche de invierno, Salva llegó a casa de mi madre blanco como un papel pero más contento que perro conn dos colas...


  

Otra pasión es el tango. Yo paso palabra. No me gusta ni me gustará en la vida. Lo siento. Pero el mérito se lo lleva mi madre, orensana de nacimiento y argentina por elección, baila tango desde hace unos 20 años, y el día de su fiesta de su 80 cumpleaños se lució como nunca demostrando que no hace falta ser argentina para bailar bien. El tango, tal como el fútbol, es ese sentimiento que no se puede explicar...


Sin embargo, la pasión argentina con la que yo más me identifico es a disfrutar del sol. Los domingos los parques y todo metro cuadrado de césped público se llena de gente dispuesta a pasar la tarde lo más al aire libre posible. Da igual comprar unos choripanes y una cerveza en algún puesto callejero, o llevar mate y facturas para merendar, el objetivo es pasarlo bien y disfrutar del sol.




Pasión también es el dulce de leche, los alfajores, el mate...


Y también esos helados interminables a pesar de pedir siempre el cucurucho más pequeño...

 
Pasión por el arte, la cultura, el cine... Todo es pasional. Todo. Pero lo pasional y a la vez sagrado además de la familia, son los amigos. Mis amigas sabrán perdonar lo que voy a decir, pero me ha hecho especial ilusión encontrarme con mis dos amigos del alma. Hacía 21 años que no estabamos juntos los 3 y por fin pudimos estar juntos al menos por unas horas gracias a que Pablo llegó a tiempo desde New York y a que Dani a un lado su timidez. Ese gran e infinito abrazo de tres llegó en el momento que tenía que llegar.





Como rareza me gustaría contarles que una de las pasiones argentinas entre la mayoría de las mujeres hace dos temporadas son unos zapatos de plataforma que a simple vista son imposible de llevar pero les aseguro que es lo más cómodo (además de mis New Balance) que he llevado en los pies últimamente. Sino preguntarle a Noa, que a pesar de que no conseguimos de su número ha probado todo modelo que se le puso adelante...

 
Y lo que "esté de moda" también se convierte en pasión. He visto a Frida hasta en mates, cojines, posters, y en todo lo humanamente imprimible. Menos en tela, de eso no encontré, pero no importa, ya me busqué la vida y en breve les enseñaré mi pasión por Frida, porque hoy, esta segunda parte de la Bendita Buenos Aires quiero finalizarla con una imagen que no puedo definir como una pasión argentina pero si como una pasión persona desde que un día descubrimos que a través de una de las ventanas de la casa de mi madre, sobre las 18.30 hs, teníamos una cita imperdible a diario con el sol...


Más visiones y vivencias de este viaje en próximas entradas. Y se perdiste la Parte I Bendita Buenos Aires, pincha AQUÍ

Che... igual te digo "hasta la próxima" ¿viste?....

3 comentarios:

  1. Jolin Andrea, eres toda una poetisa. Me encanta la historia en sí, pero esa forma de contarla es que me dejas boquiabierta.
    Besos y abrazos.

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  2. Conchi! muchas gracias por dejar siempre un mensaje bonito en mi blog. Siempre me ha gustado contar historias, y en este caso contar esta experiencia en la que fuimos protagonistas me hace doblemente feliz. Contarlo así es volver a vivirlo un poquito otra vez. Un abrazo grande grande!

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